En esta ocasión, se me apareció la imagen de Tintín en un dibujo que mi hijo Lautaro hiciera años atrás...
Él solía dibujar dinosaurios -que eran su fascinación por entonces-, agregándoles incluso una figura humana al lado, emulando los gráficos de escala comparativa de tamaño que veía en las enciclopedias.
Aquí está el dibujo original, con dinos y monstruos, que servirá para la referencia actual:
Como esos dibujos los hacía en tiras de hojas sueltas, una de ellas fue a parar a un pilón de otras hojas, con anotaciones. En una oportunidad, vi asomar de entre esa pila de papeles un extremo de la tirita -girada en el sentido de las agujas del reloj- y detuve mi vista en uno de los dibujos, el aquí señalado:
En un golpe de vista lo reinterpreté como la figura de Tintín -con su característico mechón de pelo- corriendo mientras metía un brazo por la manga de un abrigo. Y se me vino a la mente esta versión del dibujo original:
Luego, solo restó imaginar la situación, a lo que le agregué un parlamento similar a como se expresa Tintín. Como final, invité al dino original a que acompañe al periodista belga en una de sus innumerables andanzas...
Disparate de trazos que el azar cruza con un dibujante de historietas... y lo que surge de ello.
A modo de reseña...
Los dibujos presentes no tienen un origen lógico. El punto de partida pudo haberse dado por la combinación de líneas, por manchas espontáneas o por la libre voluntad de plasmar personajes, a tinta y de primera mano, sin un perfil definido previamente.
Las reflexiones y los parlamentos que figuran en algunos dibujos están inspirados en lo que los personajes sugieren, tras haber sido dibujados.
Su escritura confirma el sentir absurdo en que se puede dar una situación.
¡Bienvenidos a este continente alternativo!
Las reflexiones y los parlamentos que figuran en algunos dibujos están inspirados en lo que los personajes sugieren, tras haber sido dibujados.
Su escritura confirma el sentir absurdo en que se puede dar una situación.
¡Bienvenidos a este continente alternativo!